Siempre he creído que la ocasión ideal no existe, al contrario hay que crearla y transformarla para así darle un sutil giro a nuestras intensas, aceleradas y agobiantes vidas por el estrés diario; por ello, cada quien a su modo busca esos cinco anhelados y relajantes minutos. Hoy en especial, quiero compartirles una de mis preferidas maneras de alivio, tan ideal que recurro casi diario a ella. Sin más preámbulo, les hablo nada más y nada menos de la exquisita sensación que una refrescante y natural bebida nos puede proporcionar.
Pues bien, geográficamente el estado de Campeche goza de benéficas áreas que se convierten en excelentes campos de cultivo, aunado a esto el generoso clima cálido-húmedo que abraza nuestra región, nos permite saborear placenteros frutos en cualquier época del año: desde pitahaya, nance y marañón hasta lima, piña y tamarindo. Aquí no hay distinción, los hay de todos los colores, sabores, gustos y preferencias. Amable lector, permítame poner a su vista todo un banquete de frutos temporales, que complementados con una buena dosis de creatividad, nos da como resultado naturales y saludables refrescos hechos a base a frutas.
Disculpe mi atrevimiento pero, déjese consentir y ponga en mente la inigualable sensación que un buen vaso de horchata con coco nos puede proporcionar. Pero espere, no le hablo de la horchata comercial, imagínese esa bebida natural preparada al momento con granos de arroz y trozos de coco, cuya mezcla es inigualable, y sí a eso le agregamos unos cuantos cubos de hielo, tenemos como resultado una espesito y blanco líquido coronado con unas pizcas de canela. Literal es una endulzada delicia y como coloquialmente se dice ¡se hace agua la boca!
Más aún por el caluroso clima imperante en esta región, los campechanos son bien conocidos por preparar una refrescante y típica bebida ideal para saciar la sed; se trata de una admirable combinación entre hojas de chaya y piña. ¿Chaya? Quizá muy conocida peninsularmente, se trata de una prodigiosa planta, utilizada ancestralmente por los mayas y que hoy por hoy se ha convertido en un nutritivo y silvestre ingrediente, ideal para la gastronomía campechana. No es raro degustar entonces, la ya conocida chaya con piña, singular bebida de verdoso color pero con un fresco y semi-dulce sabor que atrapa incluso a los paladares más exigentes.
Sí de vistosidad hablamos, la pitahaya es la fruta ideal; porque además de tener un delicado sabor, seduce a cualquiera con sus atrayentes y pequeñas semillas. Vaya, es fascinante observar la blanca textura de su pulpa adornada con centenares de puntitos negros. Convertida en refresco, el primer sorbo es exquisito, porque te permite degustar blandas y dulces reminiscencias de pulpa acompañadas por un ligero remate cítrico que le proporciona el jugo de limón. ¡Exótico y delicioso!
No podemos pasar por alto, otras frescas bebidas como la tradicional agua de cebada, lima, tamarindo, nance, mandarina y los muy campechanos té negro y verde. Vaya es toda una amalgama de nutritivas y aromáticas propuestas, ideales para mejorar el humor, disfrutar de un suculento banquete o simplemente acompañar un ligero tentempié. Con tanta palabrería, empiezo a sentirme sedienta. ¡Salud!
Berenice Ceballos García.