Dicen que con queso, pan y vino se anda mejor el camino ¿Será cierto? Lo que sí es incuestionable es la afición de muchos viajeros por conocer las delicias culinarias del destino y es que no hay mejor experiencia que dejarse consentir por los sabores y aromas locales. Entonces lo invito amable lector, acompañarme por el quesero sazón.
Y es que precisamente el pasado fin de semana se llevó a cabo en Tenosique Tabasco, el II festival del queso artesanal, que a mi gusto y parecer es una válida opción para incentivar el turismo a nivel regional, no solo por la derrama económica que trae consigo al promover el uso de hoteles, restaurantes y hasta transporte público, sino porque también da realce a una vocación única, distintiva, que va mejor digamos ¡Original! Y me refiero precisamente a la creación de suculentos productos lácteos.
Los pasillos estaban tan llenos que era difícil transitar y como no, si había un muy buena razón, saborear la variedad de quesos de la región. Imagínese nada más estimado lector degustar el suave y esponjoso queso fresco, su semi-ácido sabor es gustoso al paladar y ni hablar de su vistosa fragilidad porque se desmorona tan fácilmente con tan solo la yema de los dedos; pero si es de los que prefiere firmes sabores, entonces el indicante es el queso poro, que como bien dicen “vale oro” y vaya que sí ya que por su artesanal elaboración, este maduro queso tiene una consistencia y sabor ideal para acompañar cualquier comida. Pero sí de firmes sabores hablamos, entonces no podemos pasar por desapercibido, uno de los aperitivos más deliciosos que he podido probar últimamente, y me refiero precisamente al queso ahumado tipo provolone, su semi-dura corteza de ahumado y fuerte sabor es combinado sutilmente con su suave y semi-salado interior. ¡Una delicia!
Pero había mucho más desde queso crema, de hebra, botanero, panela, manchego, Cotija, relleno y hasta requesón ¡Esto sí que fue una gastronómica celebración! Y lo mejor de todo, fue que sus sonrientes expositores mostraban orgullosos sus producciones, aquí es donde vale la pena consumir auténticos productos de artesanas manos que han heredado la orgullosa tradición de elaborar quesos de ancestral fabricación.
Hubo cabida además para un ingenioso centro de interpretación, cuyo lírico camino mostraba el proceso para elaborar quesos y hasta una antigua prensa que data de 1937. Pero eso no es todo, este interesante festival estuvo acompañado de una nutrida muestra artesanal con crujientes tostadas de pozol, innovadores tostitos de amaranto, deliciosas panetelas, sabrosos embutidos y apetitosas variedades en tortillas de harina de trigo que por su interesante sabor habría que probar todas: frijol , cilantro, chipotle y hasta chaya con chile. ¿Se imagina? Para los más valientes había las suculentas pero picantes salsas gourmet de guajillo chile, que para apaciguar el intenso sabor me vino a bien probar la artesanal cerveza de cacao ¡Una delicia! Para beneplácito de los apasionados del fruto de la uva, también hubo una sugestiva muestra de mexicano producto, que si bien es el acompañante perfecto para amenas charla con queso y vino.
Con interesantes muestras folklóricas, infantiles talleres y vistosas artesanías fue como la Finca Petunia se vistió de gala, sin olvidar por supuesto la amena muestra ganadera de toros, vacas y becerros, que por mi indicante afición me hacían sentir más que en casa. Acá entre nos, no pude elegir mejor momento para visitar mis terruños y para efectivamente confirmar que con queso, pan y vino se anda mejor el camino ¡Enhorabuena!