Hay tantos lugares que quiero conocer, recorrer y disfrutar en mi vida como estrellas en el cielo, si bien es cierto, el viajar es uno de los hobbies favoritos de la población mundial, cosa que no me puede negar amable lector, que le parecería en este preciso momento disfrutar de un rico desayuno con vista al mar, sentir la adrenalina de la tirolesa, conocer una cultura totalmente diferente a la suya o simplemente caminar por las empedradas calles de una ciudad colonial, ¿verdad que se antoja? Y por si fuera poco, hoy día contamos con tantas facilidades para llegar a lugares tan lejanos, que en otros tiempos simplemente era inimaginable. Sin duda, el ciclo ideal de los viajes ha llegado.
Pero al igual que una puesta en escena de una obra teatral necesita más que solo los actores, la industria turística lleva consigo una serie de servicios e infraestructuras que en conjunto nos permiten disfrutar de esos viajes placenteros que tanto deseamos. Es de suma importancia entonces, considerar al “turismo” como una perspectiva de desarrollo, como una creciente tendencia que le da valor a los activos culturales, naturales, arqueológicos y sobre todo humanos de una región, pero más importante aún es desarrollar estrategias que faciliten, mejoren y promuevan servicios complementarios de hospedaje, alimentación y transporte. Es una tarea ardua, pero hoy más que nunca vemos constatado los esfuerzos de muchos en pro del turismo y no hay evidencia más clara que la paulatina pero creciente afluencia de turistas al estado de Campeche.
Qué sensación de alegría al verlos admirar la arquitectura colonial, al disfrutar de un paseo por el malecón que por excelencia se disfruta o al degustar unos muy buenos camarones al coco con música campechana de fondo. ¿Se le antojó? Disculpe usted mi atrevimiento, pero como vivimos en la era de la tecnología le tengo que dejar algo claro, el texto y la fotografía no son suficientes para percibir la belleza de un estado y es preciso descubrir su historia, su cultura, su naturaleza, disfrutar su gastronomía, mezclarse con la magia que envuelve, en pocas palabras, conocerlo, sentirlo, disfrutarlo. Lo invito a conocer esas pequeñas cosas que identifican pero sobre todo hacen única a esta tierra campechana: una frase, un sabor, un ritmo, una leyenda.
Y antes de terminar, permítame confesarle algo: hace poco más de cinco años tuve la oportunidad de llegar a Campeche con el único fin de cursar una carrera, pero grande ha sido mi sorpresa que hasta el día de hoy me sigo admirando cada vez mas de este lugar, no lo sé aún, pero creo que tiene una esencia única, como ese cliché del que no te puedes zafar. Le reitero, venga a conocer las delicias que nos ofrece Campeche, y claro, queda en voz de usted la opinión más importante.
Berenice Ceballos García