Hay mil maneras de recorrer, disfrutar y conocer un lugar cuando estamos de viaje, pero para mí y siempre he dicho, la mejor forma es a través de la gastronomía, de la degustación por descubrir sabores, texturas, colores e incluso presentaciones que dejan al paladar con el ya conocido buen sabor de boca. Y como bien sabemos, Campeche tiene hechizos suficientes para atraer gustosamente a quienes desean acercarse y conocer parte de su encanto, en esta ocasión y por motivo de las fiestas carnestolendas, los campechanos gozamos de días de asueto que nos permiten convivir con la familia pero sobre todo nos regalan ese valiosísimo tiempo para degustar un buen platillo. Hoy quiero presumirle mi favorito: Los famosos camarones al coco.
Pero antes de entrar al tema, permítame regalarle una mirada gastronómica por los regionalmente conocidos y apetecibles camarones. Sin duda, este marisco se ha convertido en una pieza básica para preparar gran variedad de platillos, no solo por su fácil disposición ya que parte de las tierras campechanas son bañadas por el mar, sino porque es un ingrediente de muy buen sabor, practico de guisar y si a eso le anexamos sazón y presentación, no queda más que resumirlo en una sola palabra: extraordinario
En este momento, ¿no se le antoja un coctel de camarón? Digo, para abrir el apetito no caería nada mal. Sentir el caldito con un poco de picante, suficiente cilantro y cebolla finamente picada, además de acompañarlo de unas tostaditas con un ligero toque de sal. Ahora entiendo por qué se llama “vuelve a la vida” a uno en particular. Y sí de entradas hablamos, no caería mal una ensalada o bien una tortilla rellena de camarones ¿alcanza a visualizar el queso derretido cuando cortamos la tortilla buscando degustar un pedacito nada más? Y que hay de aquellos que prefieren un caldo, vendría bien un chilpachole o una sopa de mariscos, ¿no cree? Pero sí usted apreciado lector, es un poquito más exigente, también lo consentiremos, ¿Qué le parece unos camarones al mojo de ajo, empanizados, a la plancha o un ceviche? Si a esto le agregamos una refrescante bebida de fruta natural, su refresco favorito o bien algo con un poco de cebada -no se alarme lo amerita la ocasión-, déjeme adelantarle que vivirá un instante celestial.
Ahora si le presumo los camarones al coco, aunque creo que ya no necesitan presentación, solo permítame describírselos porque es increíble la textura: en cada bocado sientes lo crujiente del coco en una pequeña capa que se confabula afanosamente con la suave y exquisita carne del camarón, y qué decir de la salsa. Discúlpeme por antojárselo, pero no hay cosa más regocijante en la vida que compartir esos detalles que la hacen más amena. Créame, la unión entre un buen platillo, una buena bebida, un ambiente acogedor y una plática excelente solo puede dar un buen resultado: un memorable instante que nos llena, nos transporta pero sobre todo nos hace la vida más amena.
Estimado lector, discúlpeme por apetecerle los camarones y por ser más corta esta columna, pero compréndame, después de escribir esto, tengo indudablemente que ir y degustar unos muy buenos camarones al coco. ¡A su salud!
Berenice Ceballos García.