Berenice Ceballos García.


Porque viajar es la mejor forma de ejercitar la mente... y el corazón.

Cautivantes conservas de Tinún

31.12.2013 02:27

-¡Vamos, apúrate que llegaremos tarde!-  Esa fue la expresión de mi acompañante al observar las rígidas manecillas del reloj que continuaban sin parar; la razón de este apresuramiento era observar desde el inicio  una endulzada feria en uno de los pueblos más pintorescos de todo el estado y acá entre nos para viajar, conocer y sobre todo admirar hay que tener disponibilidad, ánimo y mucho tiempo. Pero eso no fue impedimento para conocer la feria más dulce del estado, una fiesta que se puso de gala con toda una serie de actividades programadas que iban desde las muestras tradicionales más autóctonas hasta exposiciones que traspasaron fronteras: La feria del dulce de Tinún.

Este pintoresco pueblo perteneciente al  municipio de Tenabo, es conocido regionalmente por la producción de deliciosas conservas frutales, elaboradas completamente por  las prodigiosas manos de trabajadoras mujeres, que trabajan en conjunto para ofrecer a los visitantes inigualables conservas artesanales. Esto es a lo que yo le llamaría  una significativa iniciativa del desarrollo de “producto turístico sustentable”, ya que aprovechan sus recursos naturales (en este caso árboles frutales que abundan en la región),  los transforman y comercializan, valiéndose de  la sensibilidad de la industria turística, porque todo viajero busca precisamente eso: una prueba palpable y artesanal. La degustación fue lo mejor, y no es por dárselo a desear querido lector, pero aquí comprobé que todas las conservas, ya sea de ciruela, nance, marañón, cocoyol, mango o papaya, tienen un sabor excepcional. Imagínese nada más degustando en este preciso momento la exquisita combinación de un semi-cítrico sabor, bañado con un exquisito almíbar que le permite saborear la delicada y redonda pulpa de pequeños ciricotes que hacen mella en  su paladar.

Conjuntamente hubo una interesante  muestra creativa de  productos elaborados en los alrededores a base de madera, papel e hilos. Sí, aquí hubo una muestra de finos bordados y elaborados acabados, encontrándome con una acertada frase para esta actividad, que a la letra mencionaba “que bonito bordan las mujeres de mi pueblo”;  pero quizás los que más llamaron mi atención  fueron los de madera, ya que presentaban una serie de juegos totalmente tradicionales como la timbomba, el trompo y el balero, lo que nos transmite el interés de nuestros artesanos por preservar a través de los pequeños, estos juegos que promueven la creatividad, la imaginación y el esparcimiento sano a simbólicos precios, ya que no sobrepasaban los $30.00 pesos ¿Se imagina?

Esta feria también vino acompañada de una serie de exposiciones como la “cápsula del tiempo” curiosas ilustraciones elaboradas por un grupo de fotógrafos campechanos que transmitieron sus inquietudes, ideales y hasta valores en autorretratos. Créame que es un gusto admirar el interés y el trabajo de estos jóvenes artistas ¡En hora buena! También se puso un poco internacional, ya que desde Polonia, llegó la exposición fotográfica “las estaciones del año” de Kamila Chomicz, polaca y fotógrafa que se inspira en la naturaleza y el mundo infantil, reflejando los sentimientos, la imaginación, la belleza y la presencia humana.

Además no hay feria sin música, por lo que la charanga y el ballet infantil amenizaron el ambiente, regalando un singular momento. Estimado lector, la quinta edición de esta melosa feria fue todo un éxito, espero sinceramente que tenga la oportunidad de visitar este distintivo pueblo, pero sobre todo de probar sus cautivantes conservas.

Berenice Ceballos García